Aunque no sé si hablo de mi o de ti a estas alturas de la película.
¿Qué más da?
Estuvimos tan dentro el uno del otro que es casi lo mismo.
Te presenté a mis demonios, a mis peores pensamientos, a mis sueños y a mis pesadillas.
Dejé que incluso el monstruo que llevo dentro se enamorase de ti.
Me dejaste tocarte por fuera y por dentro.
A saber cuantas noches pasaríamos sin dormir...
Seguramente más de las que Sabina tardó en olvidar.
Te tuve durmiendo conmigo, pero a kilómetros, estuvimos a kilómetros pero sentía tu aliento en mi nuca. Cosas.
Te quise con la inocencia del primer beso en época de colegio, con los ojos cerrados.
Hoy es como un tatuaje, dolió y sangré pero es para siempre.
Y va
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