lunes, 25 de enero de 2016

Londres

Aprovecho que hoy llueve para disimular un poco.
De un tiempo para acá intento entender lo que tengo dentro y no lo termino de conseguir nunca.
Solo se me viene Londres a la cabeza.
Nublado, frío, lluvioso, con muchos rincones por conocer y mucha gente que solo está de paso allí.
Creo que me recuerda un poco a mi en ese sentido.

A saber cuantos días habré pasado encerrado desde que decidí que meter el dedo en mis propias heridas era mejor que dejar que el tiempo me las curase.
No sé cuantos llantos me habré tragado desde que descubrí que por mucho que no quiera, por dentro tengo sentimientos que son más grandes que yo y que quiera o no, una vez que te das cuenta de que sientes ves que el corazón está hecho de cristal.
Y todos sabemos el final del cristal en unas manos que no sepan como sujetarlo.
Cuando no lo cuidas como es debido coge polvo, se le hacen grietas e incluso se rompe.

Me quisieron y yo no.
Quise y a mi no.
Nos odiamos y luego nada.
Nos amamos y el odio vino después.
Nos quisimos y casi nos odiamos.
Me fallaron.
Fallé.
Se fueron.
Me fui.
Coexistimos. Sin más.

O estoy nublado o estoy lloviendo. Soy Londres.
Pero parece que sale el sol.
(Algún día)

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